El cuerpo del expresidente Carlos Andrés Pérez ha regresado a Venezuela a las 9.00 de la noche (hora local, 3.30 de la madrugada hora peninsular), después de doce años de exilio y de diez meses de disputa legal entre sus familiares respecto a dónde debía ser sepultado. Pérez gobernó Venezuela en dos oportunidades, entre 1974 y 1979 y entre 1989 y 1993, y murió el 25 de diciembre de 2010 de un ataque cardíaco, a los 88 años, en la ciudad de Miami. Durante los siguientes seis meses, los restos del expresidente permanecieron en la unidad de refrigeración de una funeraria, antes de que un juez ordenara que fuese trasladado a una cripta temporal mientras concluía el litigio entre sus herederos. El 17 de agosto pasado, las familias Pérez-Rodríguez y Pérez-Matos llegaron a un acuerdo para que el cadáver fuese sepultado en Caracas.
“Creo que cumplimos con nuestro deber de familia y con su deseo de poder descansar aquí, en su patria”, ha dicho a EL PAÍS Carolina Pérez, una de las cinco hijas que tuvo el expresidente con su esposa, Blanca Rodríguez. Carlos Andrés Pérez nunca se divorció legalmente. Sin embargo, vivió el exilio y los últimos años de su vida junto a Cecilia Matos, con quien también tuvo dos hijas: Cecilia Victoria y María Francia. Al momento de su muerte, ambas viudas reclamaron el derecho a elegir el lugar donde sería sepultado Pérez. Mientras Blanca Rodríguez sostenía que debía ser enterrado en su país, Cecilia Matos alegaba que su último deseo había sido no ser llevado a Venezuela hasta tanto Hugo Chávez no abandonara la Presidencia.
Durante seis meses, los restos del expresidente permanecieron en la unidad de refrigeración de una funeraria
Tras su llegada al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas, los restos de Pérez han sido trasladados a la sede de Acción Democrática, el partido que lo llevó dos veces a la Presidencia. Allí se ha organizado un velatorio público que se prolongará hasta la tarde del jueves 6 de octubre, cuando Pérez será sepultado en el Cementerio del Este, junto a su hija Thaís, que falleció hace quince años.
En vida y aún después de su muerte, Pérez fue una figura polémica. Durante su primer Gobierno, entre 1974 y 1979, administró la más grande bonanza petrolera que conoció Venezuela hasta la era del chavismo. En ese quinquenio también pasó a la historia por ser el único presidente venezolano destituido de su cargo antes de culminar su mandato.
Ocho meses antes de entregar el Gobierno, la Corte Suprema de Justicia de Venezuela y el Parlamento aprobaron la destitución de Pérez y su posterior enjuiciamiento, por cargos de malversación de fondos. En mayo de 1996, Pérez fue sentenciado a pagar dos años y cuatro meses de prisión por el desvío de 17 millones de dólares de la partida secreta de la Presidencia, que fueron entregados a la entonces presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro. Pérez salió en libertad 1998. Al año siguiente, tras el ascenso de Hugo Chávez a la Presidencia de la República, la Fiscalía General de Venezuela anunció que él, junto a su secretaria, Cecilia Matos, serían acusado por nuevos cargos de corrupción. Entonces comenzó el exilio de ambos.
Hasta el lunes, cuando el cadáver de Pérez fue sacado de la cripta del cementerio Flager Memorial Park, la familia Pérez-Matos no había confirmado su asistencia a los actos fúnebres en Caracas. Pero se prevé que no asistirán. La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, ha dicho este martes que Matos irá a la cárcel si vuelve a Venezuela: “(Si vuelve) inmediatamente deben aprehenderla, independiente del dolor, la justicia debe ser cumplida”.
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