www.alertapalonegro.blogspot.com TOMADO DEL BLOG DE( LAS VAINAS SON VERDES)
Agua pura o pura propaganda?
“¿Algunas vez te has puesto a pensar que el agua embotellada te cuesta cientos,
sino miles de veces más que el mismo volumen de agua tomada del grifo?”
Tony Clarke
Recordemos las 3R ecológicas: reduzca su consumo, reutilice y recicle. La aplicación de estos principios dan al traste con el consumo del agua embotellada, negocio tan obscenamente lucrativo para sus fabricantes como contaminante para la Tierra: ni sabemos de dónde viene, ni quién la fiscaliza, ni cómo la “purifican”, ni el daño que produce a la salud el plástico donde se envasa. ¿De qué tamaño sería la montaña de plástico si los 6 mil millones de seres humanos que habitamos el planeta la consumiéramos? Esto nada importa a quienes la venden, vista la rentabilidad del negocio que pasó de ser nada hace 30 años a colocar 148 mil millones de litros anuales, según Nestlé, aunque el 75% del mercado del agua en el mundo todavía está en manos de comunidades locales. Las transnacionales van por ellas…
Una de las demandas más peleadas por los vehementes opositores de la privatización y mercantilización del agua, se hizo realidad el 18 de julio del 2010 cuando la Organización de Naciones Unidas reconoció como derecho humano el acceso al agua potable y al saneamiento. Una propuesta de Bolivia que fue avalada por otros 33 estados miembros de la ONU, donde Venezuela destacó por su importante rol de acompañamiento manifiesto hacia Bolivia y su larga lucha por lograr esta meta. Los datos de la votación son reveladores: 124 votos a favor, ninguno en contra y 41 abstenciones encabezadas por Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Japón, Australia, entre otros.
Los mitos: el agua embotellada es mejor que la del acueducto público
“Embotellados: el turbio negocio del agua embotellada y la lucha por la defensa del agua” publicado en el año 2005 por primera vez en inglés y traducido al español apenas el año pasado, es un texto rigurosamente documentado por Tony Clarke que denuncia las maniobras de las cuatro “grandes” empresas transnacionales de la bebida (CocaCola, PepsiCo, Nestlé y Danone) cuyas ganancias actualmente sobrepasan los 7 billones de dólares, sólo en los Estados Unidos. De acuerdo a los estudios del Banco Mundial, la industria del agua embotellada es un sector que en 30 años (de 1970 a 2000) pasó de embotellar 1000 millones de litros a comercializar 84.000 millones de litros en todo el mundo.
A las estrategias anteriormente referidas, Clarke enumera ocho problemas clave en el debate para desmontar el turbio negocio que identifica en el robo por medio del precio, es decir, los márgenes de ganancia que ubica entre 240 y 10 mil veces más cara que el agua del tubo; el saqueo del agua o las mentiras de las etiquetas que traen las botellitas que dicen “pura de manantial”, ante lo cual cabe la pregunta: ¿de dónde viene realmente el agua? La transformación del agua o métodos de filtración y procesamiento que utilizan las empresas para transformar el agua del tubo en agua embotellada, no necesariamente garantizan que ésta sea más higiénica o “pura” que el agua de la llave cuando en realidad muchos de estos procesos químicos empobrecen o contaminan el agua además del tiempo o la exposición del plástico a condiciones climáticas extremas alteran también la calidad de producto.
La contaminación del agua nos permite preguntarnos, según Clarke, acerca de las evidencias o garantías por las que el agua embotellada es mejor que el agua del tubo. De acuerdo a las investigaciones del experto canadiense, las empresas embotelladoras enfrentan inspecciones una vez cada 3 o 6 años —dependiendo del país, y se refiere básicamente a los industrializados— cuando generalmente las leyes, reglamentos e inspecciones de los acueductos públicos son más estrictas y amplias que las que regulan a estas empresas privadas, las cuales prácticamente no son auditadas.
Las amenazas ambientales y los antecedentes de los procesos de reciclaje de las grandes empresas de bebidas que monopolizan el mercado del agua embotellada son nefastas, no sólo por lo extremadamente contaminantes en su fabricación y desecho, sino que se oponen a cualquier tipo de legislación que pretenda regularlos, además de las manipuladoras imágenes saludables/verdes y logotipos engañosos en sus envases y etiquetas que lleva a los
consumidores a pensar que el producto puede ser reciclado cuando esto es totalmente falso.
Clarke toca un punto hasta ahora desconocido y poco publicitado en nuestro contexto y son los contratos de exclusividad de venta en recintos de educación básica, media y universitaria que realizan estas empresas de bebidas gaseosas y agua embotellada en forma secreta para audiencias cautivas y vulnerables por su corta edad y en proceso de formación de hábitos.
El último y no menos polémico problema que expone Tony Clarke en su texto “Embotellados…” se refiere a la privatización del agua como meta final de las empresas transnacionales que mantienen una campaña férrea de dudas, sospechas y acusaciones sobre la gestión pública de los acueductos como la mejor forma de reforzar y colocar sus productos bajo la premisa de ofrecer “agua sana y limpia”, además de atenuar la percepción de robo en las personas cuando pagan un sobreprecio obsceno por una pequeña cantidad de agua, lo que además, agrega un perturbador ruido y distorsión a las tarifas de los acueductos públicos.
Vienen por nuestro mercado
Vandana Shiva, ecofeminista y doctora en física nacida en la India es una pensadora y activista reconocida mundialmente por sus luchas contra los tratados de libre comercio coercitivo y lo que ella ha llamado “la guerra del agua”, que tal como lo demuestran claramente sus investigaciones, no es cosa del futuro sino de los días que corren.
“La solución ofrecida por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio para combatir la escasez de agua producida por el desarrollo no-sostenible del agua y una profundización de la división hidrológica; lleva a las corporaciones a controlar los abastecimientos de agua y a una especulación mayor que su justa distribución”1, ha afirmado la experta india quien sostiene desde hace décadas una campaña contra la privatización de los recursos naturales y la hegemonía de las grandes corporaciones del agua y la tierra como CocaCola y Monsanto en detrimento de las mayorías pobres.
Esto pareciera estar lejos de nuestra realidad, pero no podemos llamarnos a engaños. De acuerdo a las cifras publicadas en “Embotellados…”, nuestra región estaría en la mira de una de las llamadas “cuatro grandes” transnacionales como CocaCola (FEMSA) al ser México el segundo consumidor total y per cápita de agua embotellada del mundo. Esta se constituye como una excepcional plataforma para penetrar el mercado latinoamericano. Brasil es el cuarto mercado de agua embotellada más importante del planeta, de manera que junto a México forma parte de sus territorios conquistados y en plena expansión a través de agresivas campañas de mercadeo directo y por emplazamiento (películas, novelas, series distribuidas en señal de tv pagada o por cable) y muchas otras estrategias potenciadas por el idioma común.
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