No habrá llamado de paz que valga, ni cita a la Constitución y las leyes, ni golpes de pecho, ni juramentos, ni lloriqueos ofreciendo posturas pacifistas en la lucha política; nada de eso será posible de aquí a septiembre, cuando se realizarán las elecciones parlamentarias. Quienes se hagan ilusiones sobre eso son, sencillamente, residentes de otro planeta.
No se necesita ser un politólogo, ni sicólogo ni un “sesudo” analista de la política venezolana para darse cuenta como se viene calentando el ambiente para el curso de de estos aproximados siete meses que faltan de la caminata hasta el 26-9. La oposición estimulando a sus “manos blancas” como puntas de lanza, desempolvando antiguallas políticas (Pompeyo, Miquilena, Carlos Andrés, etc.) para animar sus comparsas agitando viejas y nuevas banderas (RCTV, inseguridad y energía eléctrica) y el oficialismo proclamando amor y simulando interesarle poco las andanzas del adversario; pero, a la vez denunciando el golpismo y los planes de magnicidio y…pueblo a la calle . Las guerritas internas en ambos frentes de batalla por las posiciones salidoras en las candidaturas a la Asamblea…todo eso forma parte de la leña que atizará al fogón político hasta septiembre.
Por ahí estamos viendo convocatorias a marchas del gobierno y la oposición. Todas supuestamente pacíficas; pero, quienes no somos ingenuos sabemos que el objetivo de “calentar” la calle no es una simple consigna, sino un puente estratégico para otros propósitos y la respuesta pseuvista es de “el pueblo en la calle” con la finalidad de poner en práctica eso de “candelita que se prenda….candelita que se apaga”, nos está indicando que la temperatura política seguirá subiendo desde ahora hasta septiembre, aunque de aquí allá haya regresado a Cuba Ramiro Valdez -ridículo argumento de protesta- y el problema eléctrico ya se haya solucionado parcial o totalmente.
Por: Ramón Yánez CAMARADA
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