Cleptomanía es un trastorno del control de impulsos que lleva al robo compulsivo.
Una persona con este desorden se siente obligada a robar cosas, como bolígrafos, adornos o decoraciones de pared. A menudo no es consciente de realizar el hurto hasta que ha pasado aproximadamente una hora.
Cuando esta obsesión provoca excitación sexual, se utiliza el término sexópata con necesidad de robar cleptofilia. El cleptómano, a diferencia del ladrón, roba por necesidad de satisfacer un desorden mental, mientras que el último roba, por diversión, o necesidad de satisfacer un bienestar material, económico o social llegando incluso al profesionalismo. Un ladrón puede pasar horas, días e incluso años planeando un gran golpe, mientras el cleptómano obedece generalmente a un impulso relativo dependiendo del lugar y tiempo en que se encuentre.
En la actualidad es muy común confundir un cleptómano con un ladrón, ya que ambos roban. Ya sea de manera profesional o amateur. Sin embargo los ladrones, por el tiempo invertido en planificar un robo, tiene más probabilidades de escape.
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